lunes, 26 de septiembre de 2011

EDAD MEDIA (II): MONODIA PROFANA

Aunque la música escrita fue al principio solamente la religiosa, eso no significa que no existiera música fuera del ámbito de la Iglesia. A partir del siglo XI, y durante 200 años, la música profana vivió una edad de oro, coincidiendo con el auge de las lenguas vulgares. Según las épocas y lugares, se les denominaba de diferentes formas: trovadores en el sur de Francia, troveros en el norte, minnesinger en Alemania, etc. Pero todos tenían un punto en común, la expresión mediante palabras y música de la idea del “amor cortés”. Son músicos y poetas que cantan en el castillo o en la corte, y van a florecer especialmente en las principales vías comerciales y en las cruzadas. Además, estaban los juglares, músicos profesionales de procedencia popular, que vagaban de pueblo en pueblo, cantando, bailando y relatando las noticias que ocurrían a su paso.


Los trovadores, que cantaban en occitano, en el sur de Francia, solían ser nobles que utilizaban la poesía y la música como vehículo de sus ideales cortesanos. Destacan reyes como Guillermo IX de Aquitania, Ricardo Corazón de León o Alfonso X El Sabio. Además, otros trovadores provenientes de clases más bajas adquirieron fama como Bernard de Ventadorn, Marcabrú o Guiraut de Riquier.

Escucha esta pieza de Marcabrú (siglo XII) a cargo de Eduardo PaniaguaEmperaire, per mi mezeis. En este enlace puedes leer el texto.


De entre los troveros del norte de Francia, que cantaban en lengua de Oïl (precursora del francés moderno), destacan Teobaldo I de Navarra o Adam de Halle (1237-1288), llamado el Jorobado de Arras, famoso por Le Jeu de Robin et Marion, del que puedes escuchar un fragmento:


En Castilla, en la corte de Alfonso X El Sabio, se desarrollaron las Cantigas de Santa María. Reunió en una colección más de 400 piezas monódicas dedicadas a relatar supuestos milagros de la Virgen. Estaban escritas en galaico-portugués. Estas piezas están en diversos estilos: francés, judío y árabe. Se conserva el manuscrito de estas Cantigas, ricamente decorado con miniaturas en las que aparecen instrumentos musicales con los que supuestamente se acompañaban los intérpretes.

Escucha aquí la Cantiga nº 353 (Quen a omagen da Virgen e de seu Fillo onrra):